He de confesar que, hace unos años cuando estaba planteandome comprar un coche nuevo, d entre todas las opciones y muy a mi pesar, este modelo nunca estuvo entre ellas. Digo a mi pesar precisamente porque de Mazda siempre he tenido una muy buena imagen, tanto en diseño como en saber hacer, pero por aquel entonces buscaba un diésel y los motores gasoil por aquel entonces estaban muy lejos de sus equivalentes alemanes y franceses. Además, nadie me negará que el diseño, completamente alejado de la deportividad que suele llevar por insignia la marca, era de lo más soso y común. Algo había pasado en Mazda... hasta que:
Zoom-zoom
Nuevos aires esculpidos con mimo, fluidez y agresividad. Parece que esté hablando de un katana, pero sin duda sería la forma con la definiría las formas de este modelo. Elegante, deportivo... es volver a ver reverdecer los aires de esta mítica marca.
El coche ha crecido mucho, tal vez hasta demasiado, restándole algo de agilidad pero dotándolo de unas amplias plazas traseras. Pero es algo que todas las marcas están aplicando a sus modelos del segmento C, mayor distancia entre ejes. Sin duda les resta nervio en curva pero el equilibrado del chásis y la suspensión hacen un formidable trabajo.
El puesto de conducción es cómodo y tiene un aire deportivo heredado de sus otros modelos más dinámicos como el MX5, con el freno de mano muy cerca de la caja de cambios que goza de una palanca corta y rápida. Si lo cargas de equipamiento, el HUD que se alza cuando arrancas, sobre el reloj único del cuentarrevoluciones, da una sensación de nave espacial... muy agradecida. La consola central con software actualizable via internet (algo muy de agradecer) ayuda a ese conjunto. Los mandos son cómodos y precisos, con materiales blandos, bien acabados. Todo muy al gusto occidental.
Respecto a la mecánica, tuve la oportunidad de probar un diesel y hay que reconocer que la mejoría es muy llamativa. Un doble turbo, que trabaja según el régimen, le dota de una curva de potencia constante y nerviosa, haciéndote olvidar que es gasóil lo que corre por sus venas de acero.
La marca se ha puesto al día y a la altura de los motores europeos tanto en consumos combinados (supera el Euro6 con facilidad) como en respuesta.
El coche ha crecido mucho, tal vez hasta demasiado, restándole algo de agilidad pero dotándolo de unas amplias plazas traseras. Pero es algo que todas las marcas están aplicando a sus modelos del segmento C, mayor distancia entre ejes. Sin duda les resta nervio en curva pero el equilibrado del chásis y la suspensión hacen un formidable trabajo.
El puesto de conducción es cómodo y tiene un aire deportivo heredado de sus otros modelos más dinámicos como el MX5, con el freno de mano muy cerca de la caja de cambios que goza de una palanca corta y rápida. Si lo cargas de equipamiento, el HUD que se alza cuando arrancas, sobre el reloj único del cuentarrevoluciones, da una sensación de nave espacial... muy agradecida. La consola central con software actualizable via internet (algo muy de agradecer) ayuda a ese conjunto. Los mandos son cómodos y precisos, con materiales blandos, bien acabados. Todo muy al gusto occidental.
Respecto a la mecánica, tuve la oportunidad de probar un diesel y hay que reconocer que la mejoría es muy llamativa. Un doble turbo, que trabaja según el régimen, le dota de una curva de potencia constante y nerviosa, haciéndote olvidar que es gasóil lo que corre por sus venas de acero.
La marca se ha puesto al día y a la altura de los motores europeos tanto en consumos combinados (supera el Euro6 con facilidad) como en respuesta.
Un coche completo que redime sus dos anteriores generaciones y lo pone como una gran apuesta del sector C. Me gustaría encontrarle alguna pega, pero a falta de poder exprimirlo en una carretera revirada, mi primera impresión ha sido muy positiva.
Seguiré de cerca este auto y espero, en un futuro próximo, traer una evaluación más exhaustiva. Mientras tanto, creo que seguiré girando la mirada cuando vea un Mazda 3 pasar.
Seguiré de cerca este auto y espero, en un futuro próximo, traer una evaluación más exhaustiva. Mientras tanto, creo que seguiré girando la mirada cuando vea un Mazda 3 pasar.
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