Aunque menos conocida, es una road race espectacular, tanto por el escenario (las carreteras del norte de Irlanda) como por la propia carrera en sí.
Si en el capítulo anterior asistíamos a una carrera de resistencia y podíamos presenciar la tortura tanto física como mental a la que se someten los pilotos para finalizar una carrera de 24 horas, y verlos acabar completamente exhaustos, en este caso podemos vivir la tensión propia de dos jornadas de carreras al límite.
Aquí los pilotos corren a la vieja usanza, participando en varias carreras de diferentes categorías el mismo fin de semana, como ya no se ve en el mundial de velocidad desde hace unos cuantos años. Podemos ver también, una vez más, las diferencias en el modo de vida de unos pilotos y otros. Donde para unos vemos grandes hospitalities, caravanas con todo tipo de comodidades y boxes equipados hasta la bandera, aquí vemos pilotos viviendo (y cocinando) en furgonetas y equipos trabajando en carpas desmontables.
A ello hay que añadirle los riesgos más que evidentes de correr en carreteras y calles: esas tapas de alcantarilla justo delante de una chicane, bordillos, aceras, farolas, rotondas, cambios de rasante, baches... que eso sí, nos dejan unas imágenes espectaculares como pocas, capaces de ponernos la piel de gallina sólo de ver cómo esos hombres se juegan el pellejo por el simple placer de la velocidad.
Y en la próxima entrega, el TT por excelencia, la Isla de Man. La road race más famosa en el canal de Honda ProRacing.
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