martes, 14 de enero de 2014

Carretera al horizonte, carretera sin fin.

Carreteras, caminos, senderos, vías, autopistas, travesías... Todas tan diferentes y sin embargo todas tienen algo en común: en la teoría, su cometido es unir el punto A al punto B y facilitar el traslado de vehículos, personas y mercancías entre ellos. Y también tienen en común que a mí, personalmente, pocas veces me importa de dónde a dónde me lleven, porque lo importante, lo interesante de verdad, es lo que ocurre en medio.

Aún no he encontrado una carretera que no me ofreciera algo, desde la autovía más recta y aburrida (aún me acuerdo de ciertos tramos de la A-4), hasta el camino de cabras más impracticable y perdido de la mano de dios. En todos ellos he encontrado algo que disfrutar, ya fuera el paisaje, el clima, la compañía o las sensaciones del vehículo en el que me encontrase en ese momento.

Cuando se me propuso escribir en este blog enseguida empecé a darle vueltas, como suelo hacer con todo. No soy un profesional de ésto (ninguno lo somos), nunca he escrito nada "serio", no soy periodista, no, no, no, no... Eran demasiados noes, y por tanto esa línea de razonamiento no tenía ningún sentido, así que la descarté por completo.

Entonces empecé de nuevo. Me gustan los coches, las motos, las competiciones de motor (rallies, F1, MotoGP, Superbikes, TT...) y disfruto como un enano cuando se da esa situación perfecta con la que todos soñamos alguna vez: una carretera vacía, el sol bien alto en el cielo y buena música en el equipo, y todo lo demás es un extra bienvenido. Pienso que son razones que justifican de sobra que me siente de vez en cuando a darle a la tecla.

Porque para leer reviews estériles sobre el último modelo en el mercado, u opiniones incendiarias sobre tal o cual competición, o exclusivas que se acercan más a la prensa rosa que al mundo del motor, ya tenemos miles de medios dedicándose a ello. Nosotros esperamos poder contar las cosas de forma un poco diferente, un poco más a pie de calle, más subjetiva. Siendo como es algo que hacemos porque queremos, también queremos hacerlo como queremos.

Y yo, personalemente, quiero hablar de sensaciones, de emociones, de ese algo que tiene el motor que a todos nos llama, pero ninguno sabemos explicar. Por qué se nos acelera el pulso al oír ese V8 acelerar hasta lo rojo, o ese chirrido de neumáticos es como música celestial, o cómo el culeo al salir de la curva resulta más excitante que bailar un tango bien agarrado.

Espero encontrar esos momentos perfectos, para venir aquí a contarlos. Ocasiones no van a faltar, si hay algo que hoy tenemos de sobra son carreteras. O carretera, porque todas están conectadas y acaban siendo la misma, y como escribía Kerouac "en definitiva, la carretera tiene que dar la vuelta al mundo". Así, el horizonte no es más que una ilusión, una excusa para seguir adelante, un destino al que nunca llegar y poder seguir disfrutando del viaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario