A estas alturas de la vida, creo que todos somos conscientes de que el principio básico que hace moverse a nuestros vehículos no ha cambiado en sus más de 100 años de historia: un cilindro se llena de material explosivo o combustible, se hace explotar o encenderse de forma violenta, esto hace que un pistón se mueva de forma lineal y esa fuerza lineal se transmite a un cigüeñal que la transforma en un movimiento giratorio que por unos u otros medios, acaba en las ruedas.
En algunos vehículos como en el Range Extender de los BMW i3, se aprovecha este principio para generar electricidad que recarga las baterías principales. Pero claro, en Toyota se han preguntado: si el motor de combustión no se encarga de hacer girar las ruedas ¿para qué hacer girar nada? ¿por qué no usar directamente el pistón para generar electricidad?
Dicho y hecho: se añaden unos imanes al pistón, se bobina el cilindro y se aprovecha el movimiento lineal del pistón para generar corriente alterna. Se prescinde de cigüeñal, bielas y demás partes móviles. El motor opera en dos tiempos, pero con inyección directa y válvulas operadas eléctricamente. Además, también puede funcionar como un diésel usando compresión y combustión en vez de explosión.
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Toyota Free Piston Engine Linear Generator (FPEG) |
Según la propia Toyota, esta configuración alcanza una eficiencia térmica del 42%, algo fuera del alcance de los motores en producción actuales. Además un motor con dos de estos cilindros mediría unos 60 cm. de largo por 20 de diámetro, pudiendo generar alrededor de 15 CV.
El futuro son los vehículos eléctricos, pero las baterías aún no son lo bastante eficientes como para competir con un depósito lleno de combustible. Hasta entonces, soluciones intermedias como ésta pueden ser un buen camino a seguir.
Vía
Road & Track